miércoles, 22 de diciembre de 2010

Kefir: de Leche





¿Qué es el Kéfir?
El kéfir (bendición en turco) es un producto lácteo fermentado tiene su origen en la región del Cáucaso en la que la conservación de los alimentos era más que necesario. La longevidad de los pueblos que tradicionalmente lo han consumido, que viven hasta edad avanzada con buena salud, lo hizo popular en Europa desde principios de siglo XX.

  • -Existen tres tipos de kéfir: el kéfir de leche (es el más conocido), el kéfir de agua y el kéfir de té o Kombucha
Propiedades:
Los beneficios asociados al kéfir son los que se detallan a continuación:
- se fortalecen las defensas frente a posibles infecciones tanto bacterianas como víricas.
- posee un poder antibacteriano mayor que el resto de productos lácteos que se encuentran en el mercado.
- reduce los niveles de colesterol.
- ayuda a mejorar la asimilación de los alimentos.
- regula el tránsito intestinal y actúa como depurativo del organismo, ya que nos ayuda en la eliminación de los residuos que el cuerpo genera.
- si tomamos un kéfir suave es ligeramente laxante, en cambio un kéfir fuerte es astringente.
- se reduce el riesgo de padecer cáncer de colon


Como hacer la leche kefirada:

Necesitaremos los nódulos del kéfir y leche.
En un recipiente cerrado, para facilitar la fermentación, se pone una mínima cantidad de nódulos, como por ejemplo el equivalente a una cucharada sopera y un cuarto de litro de leche. Los nódulos se irán alimentando de la leche y a su vez le transmitirán propiedades de sus componentes
Es aconsejable dejar un espacio del recipiente sin llenar, y que al fermentar se liberan gases. La temperatura ideal para que el kéfir fermente es de 20 ºC.
El kéfir tendrá un efecto laxante suave si se cuela a las 24 horas, si lo que se desea es un efecto astringente, deberá colarse a las 36 horas. Tras el colado volver a introducir el hongo en la leche.
Los nódulos no se disuelven en la leche y poco a poco van creciendo, por lo que poco a poco podremos incrementar la cantidad de leche a añadir.
Nota: La proporción entre la cantidad de nódulos y de leche dependerá de si se prefiere un kéfir más espeso o más claro. A mayor cantidad de hongo, más espesa será la leche kefirada obtenida y se asemejará más al yogur casero.
El plazo de caducidad es de 28 días.
Los utensilios que utilicemos para preparar el kéfir (recipiente y colador) no deberán ser de aluminio (podrán ser de plástico o de acero inoxidable), ya que este material no es estable en medio ácido como es el kéfir y podría transferirle partículas nocivas.







Beneficios:
El kéfir se puede aplicar a enfermedades de tipo nervioso, catarros bronquiales, esclerosis, problemas de vesícula, de hígado, riñones, anemia, dermatitis, eczemas, enfermedades del estómago e intestinos, diarreas y estreñimiento.
También resulta beneficioso en alergias de la piel y tiene efecto antibiótico y antivírico. En uso externo es un poderoso antiséptico que ayuda a curar heridas.
El kéfir contribuye a la depuración del organismo, y bebido a diario y con un uso continuado no altera la digestión y es asimilado rápidamente por la sangre.
Según estudios publicados, se descubrió que la leche fermentada, kéfir, al ser levemente efervescente y tener una consistencia suave, elimina e incluso reduce drásticamente los síntomas de la intolerancia a la lactosa en adultos.
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Conservación:
Conviene lavar el nódulo y el recipiente con agua una vez por semana como mínimo.
Debemos preservarlo de excesos de frío o de calor, lo ideal es la temperatura ambiental, ya que a más calor se acelera el proceso y con frío se retarda.
Para hacer el proceso de fermentación más lenta, en caso de estar unos días sin tomarlo, se puede poner en la nevera.
Si se va a estar más de una semana sin tomarlo, se pueden conservar los nódulos en agua y en la nevera (es muy útil cuando tenemos que ausentarnos 3 ó 4 días). Para reactivarlos se pueden dejar 2 ó 3 días con la misma leche.
Si vamos a estar más tiempo de vacaciones, deberemos escurrir bien los nódulos,  secarlos y congelarlos, introduciéndolos en un bote hermético no muy grande y metiendo éste en otro bote mayor, de esta forma aguantará varios meses. Después se deberán descongelar muy poco a poco poniéndolo previamente en la nevera y rehidratándolo con agua mineral y azúcar unos días antes de su consumo. Si después de este proceso de congelación observamos que los nódulos no crecen como lo hacían anteriormente, los primeros días se pueden dejar más de 24 horas en leche y cambiársela por leche algo templada, para ayudarle en el proceso de recuperación.
Para almacenarlos en períodos de 12 a 18 meses, enjuagar con agua corriente para lavarlos bien y colocarlos extendidos entre dos paños o papeles absorbentes y dejarlos secar durante dos días en lugar ventilado. Cuando estén completamente secos envolverlos en papel y recubrirlos con papel de aluminio. Guardar en lugar fresco y seco.
Posteriormente para reactivarlos, sumergirlos en agua durante una noche y a la mañana siguiente escurrirlos y dejarlos con poca leche. Aumentar la cantidad de leche cada día hasta obtener el volumen deseado.

Recetas:
Cuando se tiene kéfir en casa pueden realizarse diferentes recetas, dietas depurativas, bebidas, etc, y se puede aprovechar para usos cosméticos, ya que posee grandes beneficios para el cuidado físico exterior.
- Salsa de kéfir
Tostar una cucharada de semillas de sésamo crudo en una sartén durante dos minutos. Majarlas en el mortero junto con 1 diente de ajo triturado. Agregar 300 ml de kéfir y 75 ml de zumo de naranja. Dejar reposar media hora. Sirve de acompañamiento para platos de cereales y ensaladas.
- Moje de pepino y kéfir
Rallar 250 gr. de pepinos pelados y añadirles sal. Mezclar 200 ml de kéfir con 25 gr. de mantequilla hasta que ésta tenga una textura cremosa. Añadir a la crema el pepino escurrido y espolvorear con perejil fresco picado muy fino y pimienta. Dejar en el frigorífico durante 30 minutos y ya se puede comer, bien sólo, como aliño de ensaladas, para acompañar pescado, carne o aves…
- Mascarilla de hinojo para pieles secas
Mezclaremos infusión de hinojo, kéfir de leche y miel en igual proporción y aplicaremos sobre la piel de la cara y cuello.
- Mascarilla de arcilla para pieles normales
Mezclar el doble de cantidad de arcilla que de kéfir, miel, plátano aplastado y la mitad de levadura de cerveza y aplicarla sobre la piel de la cara y cuello.
- Mascarilla de pepino para pieles grasas
Triturar pepino, kéfir y patata cruda en igual proporción con la batidora y aplicar sobre la piel de la cara y cuello.



fuente: Conkefir.com

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